
Una Nueva Esperanza Para La Humanidad
Este articulo fue escrito por Peter St. Onge y publicado en “The Bitcoin Times.”
Esta ocasión el articulo que compara Bitcoin con algunas de las principales innovaciones de la historia de la humanidad. Innovaciones que han marcado grandes cambios que traen una nueva esperanza para el desarrollo de la humanidad.

La historia humana es una larga guerra entre centralizacion contra descentralizacion, de Poder contra las Personas. Bitcoin fundamentalmente cambia eso.
Nuestra edad de oro actual de 400 años comenzó con la descentralización de la imprenta, que permitió a la gente organizarse, pelear y luego ganar derechos humanos fundamentales contra los gobiernos.
Esta victoria marcó el comienzo del mayor florecimiento humano desde la agricultura, quizás desde el fuego: la revolución liberal y la revolución industrial que permitió.
Pero esa misma imprenta fue mal utilizada por los gobiernos para tomar ventaja una vez más mediante la incautación de dinero. Ese poder ahora amenaza con hundir a la humanidad de regreso a la edad oscura.
Los gobiernos han utilizado el dinero fiat para apoderarse paso a paso de nuestras libertades fundamentales y luego de nuestra prosperidad, en un proceso que ahora se está acelerando de manera alarmante.
El imperio contraatacó de manera más dramática con la primera guerra moderna patrocinada con dinero del gobierno, la Primera Guerra Mundial, que infligió un “socialismo en tiempos de guerra” que nunca fue desalojado, sino que hizo metástasis hasta el punto de que ahora amenaza con devolvernos a la pobreza brutal que ha caracterizado a la gran mayoría a lo largo de la historia humana.
La mayoría asume que nuestra única esperanza es una reacción política que, históricamente, no ha sido pacífica. Pero hay otra manera, pacifica, que va directamente a lo que permite este totalitarismo progresivo: el dinero fiat.
La descentralización del dinero de Bitcoin, la descentralización de las interacciones humanas y la organización que permite el dinero, es nuestra mejor esperanza para ganar la guerra por la libertad sin siquiera recargar un arma.
Una Nueva Esperanza
El año es 2038. El pequeño Satoshi corre a casa para darle a papá su regalo de cumpleaños: un Blockclock antiguo. Satoshi lo recibió como una broma ya que papá no para de hablar de sus memes de ganando las guerras del dinero en los años 20. Los Blockclock se venden por 99 sats en eBay, más baratos desde que el dólar murio, pero un poco caros este año por el 30 aniversario del whitepaper.
¿Cómo es la vida de Satoshi y su papá, un herrero suprememico? Compras lo que quieras con Bitcoin, al instante, sin que los gobiernos tengan algo que decir. Industrias pasadas de moda como municiones, porno, carbón, leche cruda o medicamentos no aprobados están al alcance de tu mano. No pagas casi nada en comisiones, no esperas días por tu dinero. Guardas tus ahorros en tu propia billetera, crecen año tras año. No preguntas, no dices.
Toma un periódico y es un mundo completamente diferente. No hay más ciclos económicos, porque los gobiernos están fuera del negocio del dinero. Esto significa el final de las crisis decadales que aceleran el estado, desde el “crash de las punto com” en 2001 hasta la “crisis financiera” en 2008 y la catástrofe en 2020. Sin esa amenaza permanente de colapso mundial, las páginas financieras no son lo que solían ser: No más hiperventilación de Jim Cramer sobre “crecimiento versus valor” o la cobertura del próximo desastre que todo el mundo sabe que vendra.
En cambio, las noticias financieras se centran en qué productos se venden y qué nuevos inventos surgen. De hecho, Wall Street ya no es lo que solía ser: sin deuda subsidiada y rescates permanentes de los bancos centrales, vuelve al papel aburrido y tradicional de la banca: préstamos de bajo riesgo para hogares o pequeñas empresas.
En lugar de apalancarse con dinero de 0% de interes para lanzar trillones en un interminable desfile de burbujas patrocinadas por el gobierno. Nadie se obsesiona con la salud o la solvencia de los bancos; no hay pruebas de estrés en los titulares. Porque los bancos ya no son sistémicamente importantes. Son lo mismo que cualquier otro grupo de inversores: si se hunden, es su propio problema.
La mayor diferencia en las noticias financieras es la Reserva Federal. En 2035, a nadie le importa lo que Jerome Powell desayuno, porque los de Powell tienen trabajos útiles haciendo contabilidad en un taller de herramientas en Tulsa. El edificio de la Reserva Federal, recordemos, fue subastado como un lugar burlesco: sus espectáculos quincenales de “mercado abierto” con el burro son particularmente populares.
Más allá de la Reserva Federal reciclada, nuestro gobierno es más pequeño en todos los ámbitos, obligado a hacer más de lo que es realmente útil. Siguiendo la historia y cómo era el mundo antes, se redujo a la mitad cuando perdió el dólar. Es por eso que nuestras tropas están en casa, de hecho, la mayoría tiene trabajos reales en lugar de disparar a extranjeros o hacer guardia para el imperio.
Los gobiernos todavía tienen déficits en 2038, como lo hicieron con el oro (los políticos son irresponsables por naturaleza), pero mucho más pequeños ahora que tienen que vender bonos de Bitcoin en lugar de imprimir dinero monopolizado.
Más allá de los gobiernos, quizás el cambio más grande sea que no haya más inflación. Las cosas se vuelven un poco más baratas cada año, mientras que Bitcoin se vuelve un poco más valioso cada año. Tal vez un 5% anual más o menos, lo que refleja el crecimiento económico y una población en constante crecimiento. Las cosas cuestan menos mañana, a diferencia de los días del dólar. Las noticias nocturnas de negocios ya no se obsesionan con las tasas de inflación ni se preocupan por la estanflación que puede traer. Las personas mayores ya no se ven obligadas a apostar en los mercados de valores, porque sus cuentas bancarias en realidad pagan una tasa de interés digna. A los negocios les resulta más fácil hacer planes y hacer que su empresa despegue.
Por último, la cultura. Sin una crisis permanente, sin una deuda subsidiada permanentemente, sin un gobierno en crecimiento permanente, las culturas mundiales se desplazan hacia una mayor libertad y prudencia en lugar de la obsesión hiperactiva a corto plazo de la era del fiat. Las opciones de arte, música, arquitectura y estilo de vida se asientan hacia un ethos más tradicional, más sólido y más respetable, en lugar del caos, la destrucción y la “acción por el bien de la acción” de la era del fiat.
Como llegar ahí
Volviendo a 2021, hoy un concepto histórico que de repente se ha vuelto relevante es el ciclo de 4 etapas de ascenso y caída de la civilización. Una versión icónica dice asi “los buenos tiempos crean hombres débiles, los hombres débiles crean malos tiempos, los malos tiempos crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos”. La fórmula en realidad se remonta al menos a las Historias de Polibio, escritas en el siglo II a. C., donde lo llama “anakyklosis” – “ciclo repetitivo”.
El proceso en sí es intuitivo: la creación crea complacencia, la complacencia destruye. Pero la incógnita clave es el momento: no sabemos cuánto dura cada etapa.
Después de todo, ha habido muchas eras de “segundos vientos” que detuvieron o revirtieron el declive, desde la restauración de Caesar Augustus hasta el asesinato de los bancos centrales por parte de Andrew Jackson y el “regreso a la normalidad” de Warren G. Harding después de la Primera Guerra Mundial totalitaria.
Por otro lado, las reversiones potenciales a menudo nunca ocurren: el presidente Eisenhower carecía del entendimiento para revertir la revolución socialista de FDR, en lugar de “hornearla” a medida que el control del partido solidificaba la “Nueva Normalidad.”
Entonces, incluso si sabemos que estamos en la etapa de declive de kyklos, simplemente no sabemos qué tan rápido o lento será, si podemos estirarlo o revertirlo. Estos últimos 2 años desde que Covid ciertamente parece haber acelerado rápidamente el declive, ya que incluso los gobiernos supuestamente liberales ahora se tambalean hacia un totalitarismo que no se había visto en Occidente desde la década de 1930 y nuestra economía, que actualmente flota con el soporte vital de la impresión de dinero, parece como que si la hubieran herido de muerte durante las cuarentenas épicamente equivocadas durante los últimos 2 años. Si bien los años de Trump han llevado a muchos a concluir que detener, y menos revertir, el declive no tiene esperanza.
De hecho, existe una teoría llamada “aceleracionismo” que sostiene que en realidad queremos que la declinación sea más rápida. Porque la velocidad compromete el sistema inmunológico de las personas para que se defiendan. Como la rana de Esopo en la olla hirviendo, el rápido declive “despierta” a suficientes personas a la porqueria que mentalmente cruzan en el Rubicón.
El punto de inflexión individual podría ser cualquier cosa pequeña: lo que se les enseña a sus hijos en la escuela, los estantes vacíos de los supermercados, no poder visitar a un familiar moribundo, perder el trabajo por un mandato. Una vez que estos eventos hacen clic, como tirar de un hilo suelto en un suéter, las personas cuestionan toda la narrativa: se toman la “píldora roja”, siguen al conejo.
Desafortunadamente, “despertar” es solo el comienzo para detener el declive. Porque la siguiente pregunta es cómo, precisamente, la gente se defiende. Si las elecciones no son confiables, ya sea por censura o por relleno de las boletas, entonces solo queda una vía: la violencia. Históricamente, ciertamente, muchos kyklos alcanzan esa etapa de violencia generalizada, siendo la Revolución Francesa uno de los ejemplos más icónicos y sangrientos.
Por supuesto, eso aún no está garantizado hoy; las elecciones aún se disputan, incluso si un lado tiene una ventaja. Y si las cosas se ponen lo suficientemente mal, si la ebullición se vuelve tan fuerte que las píldoras rojas caen en cascada, incluso los embutidores de boletas abandonan el barco con tanta seguridad como los soldados de élite del rey Luis XVI en el París revolucionario.
Aún así, potencialmente hay mucha sangre entre aquí y allá, y muchas víctimas inocentes atrapadas en el medio. Además, ciertamente no podemos estar seguros de que las fuerzas de la luz y la libertad prevalecerán.
Soluciones
Suficiente charla sobre el lado oscuro, ahora hablemos de soluciones.
Idealmente, queremos algún mecanismo pacífico que reduzca la amenaza desde la raiz. Algo que corte la capacidad de los gobiernos para apoderarse de los recursos arbitrariamente, su capacidad para lanzar crisis permanentes, colapsos económicos hechos por el gobierno e hiperinflación que drena el dinero de la gente hacia los bolsillos del gobierno para que ellos puedan usar nuestros ahorros de toda la vida en nuestra contra, para financiar un ejército de activistas o financiar guerras interminables y, ahora, cuarentenas interminables, todo ello patrocinado por dinero fiat.
Y ese algo, esa pacifica alternativa, y posiblemente nuestra última esperanza para la paz, es Bitcoin. Al arrancar la amenaza totalitaria desde la raiz, en lugar de cortar sus ramas una por una, Bitcoin es un endgame para la política, un endgame al derramamiento de sangre que históricamente ha implicado la anaquiklosis de Polybius. Podemos decir que cura la enfermedad sin amputar ninguna parte del cuerpo.
Bitcoin como tecnología puede darnos ese “regreso a la normalidad”, de hecho, puede regresarnos a una anterior era, el patrón oro, antes de que comenzara el declive socialista. Antes de que FDR y Nixon se apoderaran del dinero, antes de que los bancos centrales cartelizaran la economía global, antes de que el socialismo hundiera a Occidente del liberalismo clásico al control del gobierno.
Simplemente arrebatando las imprentas monetarias, Bitcoin detiene el avance totalitario financiado por los ahorros de nuestra propia vida: nuestra propia sangre, sudor y lágrimas militarizados contra nosotros. Quita la capacidad cada vez mayor de los gobiernos para controlar todos los intercambios que ocurren de persona a persona, y sus esfuerzos por construir un panóptico financiero del control del Gran Hermano.
Y, finalmente, al sacar a los gobiernos del negocio de manipulacion del dinero, Bitcoin nos trae un mundo sin crisis permanentes, sin los ciclos económicos de auge y caída, sin la inflación que asola a las personas a quienes, supuestamente, esos gobiernos sirven y aman.
Bitcoin es la única herramienta que nos libera del gobierno, de las crisis, del control totalitario. Todo sin disparar un tiro. De hecho, deberían dar la bienvenida a Bitcoin, porque ciertamente no les gustará la alternativa.
Bitcoin como Reforma — Gutenberg 2.0
Esta no es la primera vez que una tecnología cambia el kyklos. De hecho, el propio liberalismo, el hecho político más fundamental de nuestra era y el cambio político más significativo desde la agricultura, provino de una tecnología muy mundana: la imprenta.
Importada de China en la década de 1400, la imprenta abarató la comunicación y la difusión del conocimiento; anteriormente, los monjes copiaban a mano los documentos en una escritura hermosa y ornamentada que requería muchos recursos que no estaban disponibles para los plebeyos. Las versiones móviles redujeron estos costos miles de veces.
El primer trabajo de la imprenta fue imprimir biblias, lo que irónicamente fue profundamente revolucionario en una era en la que las iglesias aliadas del gobierno reclamaban el monopolio de la información: si te gusta la censura de las grandes tecnologicas de hoy, te encantaría la Iglesia católica de principios del siglo XV.
Casi de inmediato, y relacionado, la nueva imprenta se aplicó a un contenido explícitamente político, imprimiendo los panfletos que lanzaron las revueltas campesinas en toda Europa. Revueltas que no terminaron hasta que los negociados acuerdos garantizaron gobiernos obligadamente limitados a proteger los derechos humanos y los derechos de propiedad.
Esos derechos y gobiernos limitados, a su vez, permitieron la revolución liberal clásica en la ciencia, luego en la industria y el comercio, lo que resulto en nuestro hermoso mundo moderno.
La clave en la Prensa de Gutenberg, como en Bitcoin, fue la descentralización: la imprenta permitía la difusión barata de información, esa información permitía una coordinación barata sin necesidad de una autoridad central. Esto permitió a los plebeyos organizarse en cantidades lo suficientemente grandes como para poder abrumar a los ejércitos centralizados que los gobiernos de entonces, como los de hoy, necesitaban.
Antes de los tipos móviles, esos ejércitos centralizados podían vencer a una población mucho más grande que carecía de la capacidad de organizarse, pero no podían enfrentarse a un pueblo armado con tecnología descentralizada. Las prensas de la trastienda podrían instalarse en una tarde para difundir la revolución en las sombras; de hecho, podrían instalarse más rápido de lo que los gobiernos podrían acabar con ellas. Anuncia un rally pasado mañana, corre la voz, y podrías conseguir 10.000 campesinos armados más rápido de lo que los ejércitos podrían siquiera cargar sus carros.
A medida que el mundo de los gobiernos se salió de su control, se defendieron desesperadamente, dando paso a más de un siglo de derramamiento de sangre en toda Europa. Pero finalmente recapitularon, haciendo las paces con un consenso liberal de que se respetarían los derechos de propiedad y los derechos humanos fundamentales asociados, como la libre expresión y la religión. Este consenso marcó el comienzo del mayor florecimiento de la humanidad, que ahora se ha extendido a mayor parte del mundo desde Japón hasta Botswana.
Los años 1800 fueron el mayor logro de esta revolución descentralizada. De hecho, la trayectoria a finales de 1800 fue tal que, si los socialistas no se hubieran apoderado del dinero para permitir su contrarrevolución, hoy tendríamos el mundo de ciencia ficción con el que sueñan los utópicos.
Por desgracia, la utopía liberal del siglo XIX estalló en llamas cuando los gobiernos incautaron progresivamente dinero, lo que permitió el cataclismo de las Guerras Mundiales. En 1914, todas las grandes potencias ansiaban pelear, sabiendo que podían financiarlo todo con dinero. En los EE. UU., los progresistas maquinaron para el “socialismo de guerra”, logrando finalmente sus sueños de control estatal, un sueño que llevaron a la administración esencialmente comunista de FDR que trajo el control estatal de toda la producción y el empleo, incluso la censura impuesta por el encarcelamiento por disidencia política. Fue el colapso del liberalismo clásico, financiado y presentado por la incautación de la impresión de dinero por parte de los gobiernos.
Incluso después de que terminó la guerra, el totalitarismo impulsado por la ley continuó, “horneado” por Eisenhower, y ahora dos presidentes reformistas (Reagan, Trump) no han podido desalojarlo. Cada vez más, parecía casi permanente. Y ahora, desde el Covid, esa cuasi-permanencia ha progresado a una metástasis descontrolada, con nuevas restricciones a la economía, a la vida privada, incluso a los derechos humanos fundamentales, que eran impensables hace solo 2 años, sin pensar hace 200 años.
Lo que ha sostenido esta revolución socialista, desde el principio como lo alimenta hoy, es el control del dinero por parte del gobierno. Permitió las Guerras Mundiales, permitió el estado de bienestar y regulador que medio mató a la gallina de los huevos de oro económica que ganó el liberalismo clásico. Permitió guerras permanentes durante cien años, y ahora permite billones en supuestas ayudas sociales en la cuarentena para que los gobiernos puedan apoderarse por completo no solo de la economía sino de toda la sociedad.
De hecho, los gobiernos ahora están acelerando incluso su control del dinero, buscando un panóptico totalitario para monitorear y controlar cada interacción humana. Ya sea a través de las “cripto” CBDC del gobierno o de la vigilancia cínica de los impuestos y el terrorismo, el objetivo es controlar y dirigir las materias primas de las masas para cualquier revolución que los gobiernos y sus activistas gobernantes y los medios tengan en mente. Esta trinidad permitida por decreto aplasta todo lo que desaprueba como odio o pecado de carbono, apuntando a un totalitarismo donde todo lo que no le gusta al estado no puede existir.
Es en esta etapa más oscura de la novela en donde entra Bitcoin. Inventado casi milagrosamente en la víspera en donde el totalitarismo dio su salto en 2008, y ahora se convirtió en dinero mundial con la Lightning Network en el momento en que más lo necesitamos.
Bitcoin elimina radicalmente, de hecho invierte, la central amenaza del gobierno de apoderarse progresivamente de los recursos de las personas y usarlos en su contra. Mientras que Bitcoin invierte de frente las fantasías panópticas de los gobiernos de un control social total a través del dinero. Lo hace eliminando la manipulacion del gobierno sobre el dinero y eludiendo el sistema financiero centralizado que se ha convertido en el esclavo de los gobiernos cada vez más totalitarios.
El siguiente paso para Bitcoin
¿Cómo cambiaría Bitcoin el mundo, como en este momento? A corto plazo, los gobiernos tendrían un fuerte incentivo para poner fin a las cuarentenas y poner fin voluntariamente a las guerras; después de todo, si los impuestos caen un 50 % debido a un confinamiento, o si las guerras consumen el 25 % del presupuesto, como en U.S, sin el dinero fiat un gobierno no podria permitirse eso.
Una vez que los gobiernos se vean obligados a elegir entre acabar con el comercio o invadir otra Afganistán, o pagar a sus propios burócratas, a los burócratas siempre se les pagará. Privados de sus preciadas impresoras de dinero, los gobiernos se verían obligados, pateando y quejandose, a hacer cosas que realmente beneficien a la gente. No porque los políticos o los burócratas sean personas decentes, no lo son, sino porque necesitan una economía para obtener impuestos, y necesitan impuestos para pagarse a sí mismos y a sus ejércitos. Menos encierros significan menos restricciones, mientras que menos guerras significa menos Actos Patrióticos. La tendencia retrocede a nuestro favor.
Más allá de reinar en el gobierno, a nivel personal, un mundo Bitcoin terminaría con la inflación y los ciclos económicos casi de inmediato, tal vez con un último choque en el camino para limpiar los detritos del dinero fácil que los bancos centrales están esparciendo sin cesar. Habriá habido una tremenda transferencia de recursos en el surgimiento de Bitcoin, por supuesto, desde los mas escépticos hasta los primeros Bitcoiners. Esto significa un montón de millonarios anarquistas veinteañeros.
Aún así, hemos visto transferencias de billones de dólares muchas veces en el pasado, incluidas las burbujas inmobiliarias o las manías de las “puntocom”, y la sociedad continúa. De hecho, las transferencias de billones de dólares que provocan disturbios no son las que provienen de inversiones inteligentes, sino son las que provienen de las dádivas del compa gobierno, como en la crisis financiera del 2008. Y así, como en los reemplazos monetarios anteriores, a medida que Bitcoin procede a desplazar el dinero fiat, los reticentes se unirán uno por uno, celebrando al nuevo dinero que ahora también los protege.
Finalmente, Bitcoin nos da el mismo regalo que nos dio la prensa de Gutenberg hace 500 años: la capacidad de coordinar, comunicar, organizar. Esta es probablemente la razón por la que la élite es tan hostil hacia Bitcoin, y cumple fundamentalmente la promesa original “Cyberpunk” del Internet: una re-deificación de We the Plebes. A medida que Bitcoin es usado para ejecutar aplicaciones no monetarias sobre sus propios “rieles”, desde el habla hasta la información y el comercio sin fronteras, la humanidad se libera del mando y control totalitario. A diferencia del Internet centralizado de hoy a merced de los gobiernos totalitarios y, por lo tanto, esclavizado por ellos, Bitcoin es la tecnología que puede terminar la revolución que el internet una vez comenzo.
Finalmente, ¿qué pasa si nos alejamos, si los bitcoiners dejamos el milagro morir en la vid? Permacrisis con cada episodio aumentando el totalitarismo. Nos precipitamos hacia el estancamiento, la hiperinflación, el colapso total. Por primera vez en la historia, potencialmente en todo el mundo, a medida que el cáncer fiat se ha extendido como ninguna otra amenaza en la historia. Sin Bitcoin, la vigilancia, el control y la censura galopan sin cesar, y cada escalada reduce nuestra ruta de escape. La disidencia se convierte en desinformación criminal, incluso en terrorismo, a medida que el sistema se hunde cada vez mas en el endeudamiento insostenible y el amiguismo. Como dijo Herbert Stein, si algo no puede durar para siempre, se detendrá. Es mucho mejor detener el fiat antes de que el fiat detenga a la humanidad.
Conclusión
La historia dice que puede venir derramamiento de sangre. Pero tenemos a el salvador que necesitamos: Bitcoin. Ahora está en nuestro control evitar el Ragnorak, detener y revertir el colapso antes de que sea demasiado tarde.
La centralización patrocinada por el dinero fiat está destrozando nuestro mundo, armado con un nivel de control nunca antes visto. Y Satoshi nos dio, justo a tiempo, la tecnología descentralizada que necesitamos para luchar pacíficamente contra ese control. Para desarmar a nuestros opresores, para poner fin a sus crisis, para proteger y sostener los derechos humanos y los mercados libres que garantizan nuestra libertad, de hecho, nuestra supervivencia.
Necesitamos movernos rápido: están utilizando las impresoras de dinero y finanzas centralizadas para consolidar su control, nuestra ventana se está estrechando. Mientras que su letanía de víctimas crece día a día. Solo con Bitcoin podemos detenerlos.
Peter St Onge
November, 2021
Hasta aqui el articulo sobre lo que puede significar Bitcon para la humanidad. Si este articulo fue de tu interes y quieres estar al tanto de noticias sobre bitcoin y de nuestros nuevos articulos y episodios del podcast, te pido que te suscribas a nuestro newsletter o nuestro podcast en la plataforme de podcast de tu prefencia.
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